Estocolmo, Perú
Cuando nos podamos abrazar de nuevo. Cuando podamos volver a juerguear. Cuando podamos volver al estadio. Cuando podamos viajar. Cuando podamos volver a la oficina. Cuando podamos volver a clases. Cuando podamos volver a la normalidad. ¿Por qué esa obsesión con la normalidad, y por qué hablamos como si alguien nos tuviera que dar permiso …