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¿Cuota o cupo?

“Todo tranquilo en mi barrio, pago cupo y no me pasa nada”. Hay alguien no tan amistoso“allá”, a quien debes pagarle un tributo que no saldrá en tus boletas de servicio jamás, noestás de acuerdo con hacerlo, crees que no debería existir, pero lo haces para mantener latranquilidad en un entorno que sientes convulsionado. El acto fallido de quienes,traicionados por los músculos de la lengua que titiritea el inconsciente ventrílocuo, dicen“cupo” en vez de “cuota de género” nos dice que se sienten acogotados o acogotadas ahacer una concesión contra su voluntad. Esto trasciende el tema de moda de la medida dela cuota o de la paridad, hacia todo lo relacionado a cuestionar estructuras y mindsets quese aprendieron hace décadas. Esta expresión es cada vez más encubierta por miedo a lasanción, pero de vez en cuando aflora, y me interesa cuando aflora, porque es un indicadorde la ineficiencia de las normas. La última vez que la escuché alguien se quejaba no sólo deque tendría que contratar mujeres aunque no fueran más talentosas que sus pares varones,sino que ahora los creativos no iban a poder divertirse porque todo era ofensivo, y queahora tendría que poner al papá cocinando “cuando eso no pasa en la realidaddesgraciadamente”.¿Por qué sentirnos hostilizados cuando estamos discutiendo el cambio de mindset que ledaría nuevas oportunidades a una generación entera? Porque nos hemos vuelto inmunes.Hemos visto tanto un color, tan de cerca, por tantos años, que al salir a la calle no lo vemosmás.Hay que curarnos ese colour blindness y ver el elefante en el cuarto: la división sexual deltrabajo. Desde casa con los roles de género, desde su educación en universidades einstitutos, desde su ingreso en puestos básicos a agencias, existe el “celeste” de lacreatividad y el “rosado” del cuidado. Cuidado de las ideas (planning), de los procesos(cuentas, producción), de las personas (recursos humanos), de los recursos (finanzas).Tema aparte es quién y en qué circunstancias llega a una jefatura en el ámbito en el que sedesarrolló, y habrá que ver cuántas decidimos dar un paso al costado para jugar en elmundo independiente. Para un ejemplo más pedestre, no tan lejos de las industriascreativas: ¿a cuántas mujeres hemos visto en la cocina? ¿Y a cuántas chefs destacadasconocemos?Es por ese motivo que se está buscando una cuota (un equis porcentaje fijo sobre unapoblación) en el área creativa que contribuya a la equidad de género ahí donde hay esebache. Lo cierto es que si esta cuota de género no responde a una agenda de equidadinteriorizada racionalmente, no será rentable. Tienes que creértela para no desear sacarle lavuelta cuando nadie te vea, o vendrán amonestaciones, denuncias en redes, denunciaslegales, se gastará dinero en PR, habrá liquidaciones no programadas. Si se decide ir porese camino, se va con todo. Interiorización o pérdida. Y esa es una decisión por el bien delnegocio, no por coerción de un/a extorsionador/a.

Ilustración por Erick Baltodano.

Autora

Gabriela Sialer